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Mi Ex-esposa Misteriosa Es Multimillonaria

Chapter 520
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Capítulo520

Alejandro sintió como si su alma entera hubiera sido brutalmente sacudida, su corazón latiendo

con un dolor agudo y aplastante.

Nunca había hecho algo significativo por Clara. Nunca le había propuesto matrimonio, algo que

otras esposas tenían y ella nunca tuvo. En la noche de bodas, la dejó sola en su habitación

mientras él dormía en otro lugar. Nunca compartió con ella ningún día festivo ni le dio un regalo.

Cuando su abuelo y ella sufrieron un accidente, Alejandro no estuvo a su lado, en ese momento

cuando más lo necesitaba.

Pero nada de esto dolía tanto como el hecho de que, en los mejores años de Clara y cuando más lo

amaba, el corazón de Alejandro estaba ocupado por otra persona.

Los hermosos ojos almendrados de Alejandro se enrojecieron como si estuvieran a punto de

explotar. Apretó con fuerza la suave mano de Clara y sintió su propio corazón latiendo

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pesadamente contra su pecho.

Se arrepentía profundamente.

-Alejandro, mi hermana ha sacrificado y sufrido demasiado por ti-dijo Arturo, quien, al igual que

Diego, sabía muy bien cómo Clara había vivido estos trece años. -¿Sabes que Clara estuvo a punto

de morir por ti? Hizo todo eso por perseguirte.

-Arturo, cálmate-Diego frunció el ceño y lo interrumpió con voz severa.

Arturo apretó el puño con rabia, conteniendo las palabras que estaba a punto de decir. Realmente

quería golpear a Alejandro. Durante estos años de ocupar una posición de alto rango, Arturo había

dejado atrás la impulsividad de la juventud y se había vuelto más sensato y tranquilo. Solo Clara

podía desordenar su mente y despertar su sangre ardiente.

-¿Qué quisiste decir con lo que dijiste hace un momento? – Alejandro sintió un pinchazo en su

pecho y se dio cuenta de que Clara tenía secretos aún más grandes que le estaba ocultando. Dudas

se agolpaban en su mente y su corazón latía con fuerza y pesadez. -¿Qué quieres decir con que

Clara estuvo a punto de perder la vida por mí? ¿Cuándo ocurrió eso que dices? ¡Suéltalo ya!

-Alejandro-Diego, con el ceño fruncido y una mirada sombría, habló en tono frío. -Toda la historia entre tú y mi

hermana, los desencuentros y los sentimientos, ha quedado en el pasado. Clara no quiere hablar más de ello, y

nosotros tampoco vamos a indagar más. Las cosas que pasaron entre ustedes dos terminan aqui. Pero si a partir

de ahora continúas persiguiendo a Clara

Las palabras llenas de resentimiento de Arturo siguieron: Alejandro, si todavía sientes algo por

Clara, no interfieras en su vida. Ya la has hecho sufrir demasiado. ¿Quieres que pase toda su vida

atada a ti y destruida por ti? ¿No tienes derecho a estar con ella después de haberla abandonado

como io hiciste en el pasado?

Clara fue llevada rápidamente al hospital por sus hermanos mayores.

Diego mantuvo este incidente en secreto y el helicóptero fue traído desde Cielo Estrellado, por lo

que Julio aún no tenía conocimiento de la situación. De lo contrario, si Julio se enterara de que su

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querida hija estuvo al borde de la muerte en el valle, ¡probablemente habría sacudido todo México!

En el camino, después de bajar del helicóptero, Alejandro no se fue y en cambio siguió a Diego y

Arturo. Los acompañó mientras ingresaban a Clara en la sala de emergencias, observando

impotente cómo la trasladaban y luego la ingresaban en una habitación común.

Su corazón, que había estado en vilo, finalmente comenzó a encontrar algo de paz.

-Alejandro, ¿no dijiste claramente que te irías cuando llegáramos al hospital? ¿Por qué aún no te

has ido? – Arturo, con su alta y erguida figura, se plantó frente a la puerta de la habitación del

hospital y lo interrogó, incapaz de soportar más.

–Me iré cuando despierte-Alejandro respondió con palidez en el rostro, parado firme frente a él.

Sabía que entre él y Clara ya no había lugar. La única oportunidad que podría tener tal vez sería si

sacrificaba su dignidad y se acercaba a Clara.

-¡Alejandro! ¡No tienes vergüenza! – Aunque Arturo era una persona muy educada, estaba a punto

de insultarlo de la rabia.