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Mi Ex-esposa Misteriosa Es Multimillonaria

Chapter 617
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Capítulo617

Jimena estaba completamente aturdida, su rostro pálido se volvía gradualmente oscuro, como si

hubiera sido golpeado por rayos, y estos la habían dejado aturdida.

-Hermano, ¿qué estás diciendo? ¿Acaso no me reconoces como tu hermana?

Rodrigo actuó como si no hubiera escuchado, y solo se preocupaba por Noa en sus brazos,

acariciando su espalda temblorosa con sus grandes manos.

-No tengas miedo, Rodrigo ha regresado, nadie se atreverá a lastimarte de nuevo.

Pero esta vez, Noa no era tan sumisa como solía ser. Su expresión cambió repentinamente, convirtiéndose en un

pequeño erizo, resistiéndose a Rodrigo con cada aliento rápido.

-No eres mi hermano, eres el hermano de Jimena- Su pequeña y débil mano no dejaba de empujar el pecho firme

de Rodrigo, cada empuje era como un piquete agudo en su pecho,

causando un dolor agudo. -¡Déjame ir! Quiero volver a casa. Quiero encontrar a mi abuelo, quiero

volver a casa.

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-Noa, por favor, sé buena, entiende- Rodrigo, con sus ojos enrojecidos seguía tercamente

intentando calmarla.

-¡Suelta!

Pero Noa lloró y gritó, y Rodrigo se negó a soltarla, apretándola al contrario más fuerte.

Sus manos ásperas y fuertes agarraron su delgada cintura a través de su vestido blanco,

enrojeciendo la piel suave de la joven.

Luego, con sus ojos carmesí ligeramente entrecerrados, susurra en su oído, su voz ronca y áspera:

-Tienes razón, no soy tu hermano. Soy tu hombre, Noa.

Los ojos de Jimena se abrieron ampliamente, mirando a la mujer que su propio hermano amaba

apasionadamente. La misma mujer que había estado molestando desde que era joven, pensando

que podía hacerlo toda su vida. Sintió que su corazón se vaciaba, su alma a punto de romperse. Este dolor

traspasaba cada fibra de su cuerpo, era aún más terrible que cuando se enteró de que

Alejandro amaba a Clara.

Rodrigo era el hombre más importante en su vida, siempre había pensado que, como su hermana, podría

comportarse de manera indulgente y descarada bajo su protección. Pero ahora sentía que

¡Él lo estaba dando todo a Noa!

-¿Mi hombre? – Noa levantó la cabeza con una expresión confusa y ojos húmedos que le

rompieron el corazón.

-Sí- Rodrigo habló con voz rugosa y sus ojos mostraban un fuego ardiente.

La vida de Jimena, que brillaba como un palacio de cristal, estaba a punto de derrumbarse.

Luisana, al ver la apasionada confesión de Rodrigo a Noa, se escondió en la oscuridad, con una

sonrisa de satisfacción en sus labios.

Noa había sido golpeada y su trauma de la infancia, causado por Jimena, había sido

desencadenado. Se desmayó en los brazos de Rodrigo.

Rodrigo la llevó de regreso a su habitación, le limpió el sudor y las lágrimas con una toalla limpia

y la cubrió con una manta.

Noa se revolvió en la cama, frunciendo el ceño, parecía estar pasándola mal.

Su corazón también se contrajo de dolor y autoacusación, su bello rostro mostraba palidez.

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-Lo siento, Noa. No te protegí lo suficiente, todo es mi culpa.

Luisana entró sigilosamente en la habitación, se quedó en silencio por un momento y luego habló, temiendo

perturbar el tierno momento entre su jefe y Noa.

-Hermano, el monitor que querías ver está listo.

Rodrigo había regresado tan rápido porque siempre había sido inseguro, había instalado decenas de cámaras en la

mansión, prácticamente no había ángulos muertos. Además, su teléfono podía monitorear en tiempo real lo que

sucedía en la mansión.

El hombre miró fríamente la pantalla. Desde que Jimena entró, hasta que controló a la niñera, y

luego irrumpió y golpeó a Noa, todo quedó registrado.

Rodrigo permaneció en silencio durante un largo rato.

-Rodrigo, mira esto- Luisana intentó decir, pero de repente sintió un dolor agudo en la muñeca.

Los ojos enrojecidos de Rodrigo parecían estar a punto de lanzar llamas destructivas, levantó la mano y lanzó el

teléfono de Luisana lejos.