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¿Tuvimos un hijo

Capítulo 344
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Capítulo 344

Anastasia y Elías pidieron su orden poco después de llegar al café. Ella estaba extremadamente

exhausta ese día por los asuntos de su hijo, así que se acarició la sien para relajarse. Al mismo

tiempo, Elías se levantó de repente para sentarse a su lado y luego la rodeó con su brazo.

-¿Estás cansada?

El corazón de Anastasia se aceleró. De acuerdo con experiencias pasadas, si él se sentaba a su lado,

definitivamente tramaba algo.

-Te daré un masaje -dijo Elias y después extendió su mano para apretar sus hombros. Anastasia sintió

cosquillas de inmediato, así que se sonrojó y lo empujó.

-iNo, gracias!

La luz tenue y cálida brillaba sobre su rostro mientras se acomodaba el cabello y revelaba su cuello y

orejas pálidas. Lucía como si emitiera un aroma agradable. Al notar esto, Elías se puso nervioso e

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intento desviar la mirada. Anastasia se giró y lo miro mientras se quejaba.

-Regresa a tu asiento.

Elías se estaba inquietando en ese espacio privado adecuado para un encuentro mientras algunas

ideas aparecían en su mente. Cuando Anastasia estaba por empujarlo, un brazo fuerte que rodeó sus

hombros la tomó por sorpresa. Luego, la parte superior de su cuerpo se encontró con un pecho ancho

y cálido.

«Maldición, se está comportando como un pervertido de nuevo»

Anastasia intentó liberarse, pero solo pudo escuchar la voz ronca de Elías:

-Déjame abrazarte.

Elías no dejó de abrazarla, como si pudiera sentir que por dentro lo estaba disfrutando. Anastasia

sabía lo descarado que podía ser. A menos que ella enfureciera, él no la soltaria hasta estar

satisfecho. Estaba tan cerca que Anastasia podía sentir su respiración contra su pecho y no pudo

evitar alejarse, pues ella nunca se había acurrucado con un hombre en un café y se sentía tensa a

todo momento. Lo único que no le preocupaba es que ambos estaban solteros y no podrían acusarlos

de engañar a sus parejas. Ya les habían servido su café, así que el mesero no los molestaría.

A Anastasia le tomó algunos minutos relajarse. No había duda de que era cómo recargase en el pecho

de Elías. En ese momento, él le dio un beso en su nunca, un lugar que era frágil y sensible. Anastasia

sintió un golpe de electricidad por todo su cuerpo, haciendo que se sintiera entumecida.

-Deja de jugar -advirtió Anastasia en un tono suave.

Elías tenía su mirada sobre ella. Parecia estar disfrutando de hacer eso en ese lugar. Quizás buscar

estimulación era el instinto natural de un hombre. De pronto, él se rio con una voz profunda y dijo:

-¿Qué pasa? Estamos actuando como una pareja normal.

-¿Desde cuándo estoy saliendo contigo? -dijo Anastasia, quien no pudo evitar reírse de sus palabras.

– iTienes razón! ¿Cuándo vas a comenzar a hacerlo? -dijo Elías mientras la observaba con una pasión

ardiente.

– Por ahora no. ¡A la próxima! —respondió Anastasia mientras evadía su mirada.

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-¿Cuándo es a la próxima? —preguntó Elías en un tono paciente.

A Anastasia le causó gracia y no podía dejar de reírse.

-No es en los próximos cinco años. Quizás deberías buscar otra pareja.

es el

-¿Qué son cinco años? Estoy dispuesto a esperar toda mi vida.

Anastasia se volvió a reír y pensó:

«¿Cómo es posible que este hombre tan propio sea tan atrevido conmigo?»

-No me arrepiento.

Por otro lado, Anastasia no podía soportar su mirada feroz y giró su rostro con timidez.

-Sin duda, te arrepentirás.

-Entonces puedes ponerme a prueba. Puedes usar toda tu vida para probar si es verdad, ¿qué te

parece? -dijo Elías mientras fijaba su mirada en ella como un abismo.

Anastasia agachó la cabeza, pues no tenía el valor de mirarlo. Él tenia una presencia que hacia que

nadie se atreviera a cuestionarlo y cada palabra que decía era tan poderosa como un juramento. De

pronto, ella volvió a alzar su cabeza. Era terca al intentar encontrar su incertidumbre debajo de su

rostro atractivo y descubrir su falta de decisión para el amor.